EL CABALLO.
El
caballo (Equus
ferus caballus)
es un mamífero perisodáctilo de la familia de los
équidos, herbívoro, cuadrúpedo y de cuello largo y arqueado.
A la hembra del caballo se le llama yegua y a las crías, potros o potrillos si son machos y potrancas si son hembras.
La
cría y utilización del caballo por parte del hombre se conoce como
ganadería equina o caballar, y su domesticación se remonta a unos
3600 años a. C. en la región de Kazajistán.
Biología y comportamiento.
En
la naturaleza los caballos son presas de los depredadores y por ello
tienen fuertes instintos de huida y defensa. Su primera reacción
ante una amenaza es asustarse y huir pero también son capaces de
defenderse cuando no pueden escapar o cuando se amenaza a sus crías.
Suelen ser curiosos, y cuando se asustan suelen investigar un
instante sobre la causa de su miedo y no siempre huyen al descubrir
que hay peligro.

Se
pueden comunicar de varias formas, con vocalizaciones y relinchos de
varios tonos, mediante el acicalado mutuo y el lenguaje
corporal. Muchos caballos son difíciles de manejar si se separan del
grupo, pero con entrenamiento, aprenden a aceptar la compañía
humana, y así se sienten a gusto separados de otros caballos.
Cuando
son encerrados sin compañía, y sin recibir ejercicio y estimulación
adecuada pueden desarrollar lo que se llama vicios de establo, varios
malos hábitos de origen psicológico, entre los que se incluye la
masticación de las maderas, dar coces a las paredes, andar hacia
delante y atrás entre otros problemas.
Patrones de sueño.
Los
caballos son capaces de dormir tanto de pie como tumbados. Los
caballos pueden echar un sueño ligero de pie, debido a que pueden
bloquear la articulación de la babilla sin tener que sostener su
peso con los músculos, aunque
necesitan tumbarse para alcanzar el sueño profundo, el estado REM .
Los caballos duermen mejor cuando están en grupo debido a su
tendencia natural de hacer turnos y que siempre haya alguno haciendo
guardia por si apareciera un depredador. Un caballo que está solo no
dormirá bien ya que su instinto le hace permanecer alerta ante
cualquier posible peligro.
Al contrario que los humanos los caballos no duermen de forma continua, sino dividiendo el periodo de sueño en pequeños bloques. Los caballos descansan de pie de cuatro a quince horas diarias, aunque sólo se echarán a dormir durante unos pocos minutos varias veces durante ese periodo.
El tiempo total de sueño en un periodo de 24 horas puede oscilar entre varios minutos a un par de horas, la mayoría en intervalos cortos de unos 15 minutos cada uno. Aunque sólo necesitan tumbarse una o dos horas cada pocos días para alcanzar sus requerimientos de sueño REM mínimo. Si no se permite a un caballo tumbarse, tras varios días mostrará síntomas de sueño, y en algunos casos raros puede caerse mientras entra involuntariamente en el sueño REM estando de pie.

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